La caída del cabello tras el verano es algo que afecta (y preocupa) a muchas personas. A pesar de que no existan estudios científicos que respalden la caída estacional en otoño, lo cierto es que con el cambio de estación se producen algunos factores ambientales que impactan a nuestro pelo (hemos expuesto mucho tiempo el cabello al sol en verano, hay menos horas de luz, hace más frío...).
Por otra parte, la vuelta al trabajo y a la rutina están relacionadas con el estrés, una alimentación, a veces, poco saludable que pueden acabar pasando factura a nuestra salud capilar. Por lo tanto, en esta época del año se juntan una serie de escenarios que provoca que nuestra melena reciba menos nutrientes y entre en la fase de caída.
La realidad es que el pelo tiene su propio ciclo vital, y la caída es una de estas fases.
De normal, una persona puede llegar a perder entre 50 y 150 cabellos. Pero es en esta época donde parece que se multiplica y mucha gente llega a nuestro salón realmente preocupada.
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