Hay diferentes factores que pueden causar un efluvio telógeno y que en consecuencia se nos caiga más el pelo: el estrés o una dieta pobre son dos de ellas. Pero cuando hablamos de caída estacional, está más relacionada con cambios que se producen en el ambiente, las variaciones de temperatura, y las reducción de horas de luz.
Por otra parte, en otoño también sufrimos las consecuencias de los excesos de sol, cloro o salitre del verano, por lo que todo unido puede ayudar a que la caída del cabello aumente y que la melena se muestre más débil o apagada. Y si queremos rizar más el rizo, en otoño, la mayoría de las personas volvemos a la rutina lo que suele generar más estrés. Por lo que tenemos la combinación perfecta de elementos que provocan la caída del pelo.
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